La herencia consiste en la transmisión de los bienes del fallecido. Se transmiten tanto los derechos, que pueden ser la propiedad de una vivienda, un vehículo o una cuenta corriente, etc., como las obligaciones, como las deudas, por ejemplo. Una sucesión transfronteriza (o internacional) es una herencia en la que intervienen elementos de varios países: por ejemplo, el fallecido vivía en Francia pero era ciudadano italiano o el fallecido poseía bienes en varios países.
En los últimos años, la movilidad internacional se ha incrementado, ya sea por motivos laborales, de estudio o familiares, las persona se trasladan de su país natal a otro, en consecuencia generando cambios para sus familias y para ellos mismos que pueden llegar a tener consecuencias legales en diferentes legislaciones, siendo las sucesiones transfronterizas una de las principales y que se ven reflejadas en más de medio millón de familias al año.
¿Qué establece el reglamento de la UE?
Para simplificar la organización y administración de las sucesiones transfronterizas en territorio Europeo, la UE adoptó el Reglamento (UE) 650/2012 sobre sucesiones, que establece normas para determinar qué autoridades del Estado miembro de la UE deben ocuparse de la sucesión transfronteriza, así como también, determinar qué derecho nacional debe aplicarse. De este modo, el testador (es decir, la persona que hace el testamento) puede planificar la sucesión.
¿Qué ley se aplica normalmente a las sucesiones transfronterizas?
En principio, la ley aplicable a la sucesión es la del país de "residencia habitual" del fallecido en el momento de su muerte. El país de residencia habitual es el país con el que el fallecido tenía un vínculo estrecho y estable. Este país será determinado en cada caso por la autoridad que se ocupa de la sucesión.
Caso práctico ¿Cómo funciona la sucesión en Francia?
En Francia, las sucesiones son tramitadas por los notarios, cuya intervención es obligatoria si la herencia incluye bienes inmuebles, mientras que es opcional si no hay bienes inmuebles.
El notario establece el orden de sucesión mediante escritura notarial y elabora los certificados que registran la transmisión de la propiedad de los bienes inmuebles tras el fallecimiento del testador. Para los herederos son importantes las obligaciones fiscales (con la redacción y presentación de la declaración de herederos en los plazos establecidos por la ley y el pago del impuesto de sucesiones). Si la naturaleza de los bienes lo permite y en función del número de herederos y sus deseos, la división de los bienes entre los herederos se lleva a cabo mediante la preparación de un acta de partición (escritura de división de la herencia).
En caso de litigio, el tribunal civil de primera instancia del lugar donde se abrió la sucesión tiene competencia material y territorial exclusiva.
Desgraciadamente, la comunicación con las autoridades extranjeras, notarios u otros, es complicada y los herederos a menudo no conocen sus derechos. Por lo tanto, siempre es aconsejable ir acompañado de un abogado con experiencia en derecho internacional.
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