La exclusividad digital ha llegado para quedarse, y nuestra vida física y digital siguen confundiéndose.
En los últimos tiempos, los NFT han empezado a invadir todo tipo de mercados, un término que oímos por todas partes pero al que pocos saben dar un significado preciso. Podemos definirlas como activos raros y exclusivos que utilizan criptomonedas, pruebas de propiedad que se pueden crear almacenar y vender.
Las NFT están actualmente en el punto de mira como una nueva forma de protección e inversión en activos digitales. Pero, ¿saben realmente quienes compran NFT lo que están comprando? Hay quienes utilizan las NFT como herramienta de monetización, sin pararse a pensar que las NFT como herramienta especulativa son efectivamente rentables, pero volátiles. Hay, en cambio, quienes consideran las NFT como instrumentos y no como productos individuales, cuya evolución de valor es difícil de predecir. Los NFT pueden considerarse "certificados de autenticidad" de un bien digital y, por lo tanto, la compra del NFT per se sólo puede transferir la propiedad de la copia específica de la obra a la que se refiere el NFT. Para definir mejor, parece apoyarse la posición de la EUIPO (Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea), según la cual los NFT son "certificados digitales únicos, registrados en una blockchain, utilizados como medio para registrar la propiedad de un objeto, como una obra de arte digital o un objeto de colección". Incluso los tribunales comienzan a interesarse por la cuestión, véase la primera decisión italiana (y europea) sobre NFT del Tribunal de Roma, que, en este caso, abordando la cuestión de la posible transferencia de derechos de autor -u otros derechos- vinculados al activo digital objeto del NFT, emitió una orden inhibiendo la comercialización de Tokens No Fungibles (NFT) asociados a tarjetas digitales con la fotografía de un jugador con la camiseta de la Juventus: "La circunstancia de que un futbolista haya jugado efectivamente en un equipo y que haya concedido autorización para el uso de su imagen mediante la creación de Tarjetas que reproducen al jugador vistiendo las distintas camisetas de los equipos en los que jugó no excluye la necesidad de solicitar autorización para el uso de las marcas registradas inherentes a los equipos cuyas camisetas y nombres se reproducen, pues se trata de bienes destinados a la venta comercial, en relación con los cuales la reputación de los distintos equipos en los que jugó el futbolista también contribuye a dar valor a la imagen digital que se pretende adquirir. " (Tribunal sez. XVII - Roma, 20/07/2022).
De este modo, se comprende cómo se debe prestar mucha atención a los Términos y Condiciones de las plataformas de negociación de NFT, así como a cualquier condición de compra establecida por el vendedor, con el fin de comprender qué se está comprando exactamente, ya que, en la mayoría de los casos, no se cederá ningún derecho de propiedad intelectual.
Conocidos abogados del sector también se han pronunciado al respecto, comparando el mercado de las NFT con el "Salvaje Oeste". no sólo porque aún no se ha regulado la definición legal de los derechos de autor en relación con el mundo de los tokens, algo fundamental en este tipo de activos, lo que abre la vía a un bucle interminable de reclamaciones entre marcas y artistas, sino también porque cuando compras una falsificación a través de blockchain no puedes recuperar tu dinero ni recurrir a las autoridades legales: las transacciones son unidireccionales. Según el Financial Times, el criptoarte y el mercado negro de criptofalsificadores que explotan las zonas grises de la tecnología blockchain (ya que no está reconocida por los bancos, la moneda Ethereum no es canjeable y, sobre todo, las carteras digitales no están vinculadas a una identidad legal precisa) crecen simultáneamente. A falta de regulación legal al respecto, estas NFT son a todos los efectos falsificaciones legales.
El problema de las falsificaciones empieza a convertirse en un problema digital y metaverso con plataformas como Roblox que, aunque no están legalmente obligadas a filtrar sus contenidos, han afirmado estar "comprometidas con la protección de la propiedad intelectual".
El interés de marcas e inversores por la NFT se está extendiendo rápidamente, sobre todo en el mundo del arte, los videojuegos y la moda, dando lugar a un mercado en el que las obras de arte, los videojuegos, los zapatos y la ropa sólo existen como archivos digitales, pero se compran a precios elevados.
Mientras uno se pregunta qué dirección tomarán las NFT una vez que el Metaverso esté completo, sólo puede tomar las NFT por lo que son: una gran manera, si no la mejor posible, de "modernizar la fidelización del cliente", engañando al comprador haciéndole creer que es el protagonista de una narración hecha a su medida y sólo entonces, finalmente, generar aún más ganancias.
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