Desde que el mercado de las criptomonedas irrumpió en el panorama financiero, se ha presentado casi siempre como una buena inversión, y para algunos ha probado ser así.
A medida que crecía la confianza en el nuevo concepto de moneda virtual, aumentaban las nuevas entradas al mercado y, al aportar transferencias de dinero más rápidas y una serie de otros beneficios, las criptodivisas se subían a una ola cada vez mayor.
Se escucharon ligeras señales de alarma sobre la volatilidad del mercado y el hecho de que los estafadores y los blanqueadores de dinero habían acogido con entusiasmo este nuevo vehículo para sus nefastas actividades, y también que los inversores novatos estaban siendo estafados al acudir en masa para acceder al último esquema de "hacer una fortuna rápida". Los desafíos globales experimentados en los dos últimos años parecieron acelerar la necesidad de invertir en sistemas que dieran buenos resultados. Al funcionar al margen de los fundamentos existentes en el sector financiero y sin el respaldo de los organismos públicos, las criptomonedas carecen en gran medida de regulación. Desde enero de 2020, la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) ha supervisado el registro de las empresas que operan con criptoactivos en cumplimiento del Reglamento de Blanqueo de Capitales, Financiación del Terrorismo y Transferencia de Fondos (Información sobre el Pagador) de 2017. La FCA advierte en su sitio web que los criptoactivos son inversiones de muy alto riesgo y que es poco probable que los individuos que invierten en criptoactivos tengan acceso al Defensor del Pueblo Financiero o al Sistema de Compensación de Servicios Financieros en caso de que algo vaya mal.
Demetri Bezaintes, asociado, comentó que "el último y más desastroso giro de los acontecimientos en el mercado de las criptomonedas parece haber cumplido las predicciones de los fatalistas. Sin embargo, si el mercado empieza a subir, y no está garantizado cuándo, los inversores deben reconocer que hay que extremar la precaución en este mercado explosivo e impredecible. Su propia estructura sugiere que la falta de sustancia podría ser su perdición".
El equipo de Giambrone & Partners dedicado a las criptomonedas señala que este último desplome ha puesto de manifiesto el hecho de que muchos inversores fueron adormecidos con una falsa sensación de seguridad y cegados para invertir todos sus ahorros en un mercado con poca o ninguna seguridad regulatoria para los inversores. La caída del precio de 94 en un periodo de 24 horas ralentizará o incluso detendrá la aceptación global de las criptodivisas.
En Reino Unido, el informe del Ministerio de Hacienda de Su Majestad, si se aprueba, puede contribuir a reforzar la reputación del sector de las criptomonedas y garantizar que, cuando comience la recuperación, los inversores tengan al menos algún punto de referencia.
El gobierno reconoce los beneficios en la eficiencia y también señala que los propietarios de criptodivisas compran bienes y servicios; pretendiendo encontrar una manera de incorporar las criptodivisas al redil regulatorio y proteger a los consumidores de las consecuencias catastróficas de una caída abrupta del valor de la noche a la mañana. Tales acciones podrían llevar a un cambio fundamental en la escala y en el entorno, con impacto en todos los mercados.
- Demetri Bezaintes, Asociado
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